Para estos dos días nos dividieron en subgrupos y nos distribuyeron en los llamados subcentros: Las distintas dependencias médicas repartidas por el cantón en donde nos encontrábamos (Cantón Milagro, donde vive una compañera y amiga, Gianna, gracias a la amabilidad de su familia, su casa nos sirvió de campamento base).
Éste es nuestro grupo desayunando a la entrada de la casa de Gianna. Sólo había sitio suficiente allí, ya que éramos 28.
Un grupo se dirigió al subcentro "22 de Noviembre", en un barrio en la periferia de Milagro. Pese a las grandes carencias que había, no es el más desfavorecido del cantón:
Otro grupo fué al subcentro de "las Piñas" (Milagro es un gran exportador de piña, de hecho, es el símbolo del cantón):
Otros a "Los Pinos:"
Los que fueron a "los Vergeles" participaron en la campaña de vacunación que había programada, ahorrándoles días de trabajo a los médicos del subcentro, que pudieron seguir atendiendo pacientes esa misma tarde (el volumen de pacientes es superior a los que pueden ser atendidos por los médicos allí destinados):
Sobre el centro al que me tocó ir a mi, no tengo fotos, pero es el principal del cantón. Incluso cuenta con quirófanos y un "laboratorio", una habitación en la que realmente sólo se puede llevar a cabo la detección de ciertos microorganismos.
Una de esas noches sufrimos un pequeño incidente: Se nos estropeó el autobús en la carretera que llevaba a Guayaquil (la capital del distrito de Guayas, el más importante económicamente y en el que nos encontrábamos), ¡todo esto por la noche! Cuando días más tarde contamos que no nos atracaron, que no se bajó nadie armado a desvalijar el autobús, no se creían la suerte que habíamos tenido. Por lo visto, que se te estropee el coche por la noche es sinónimo de atraco a mano armada.
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